Aravaca, Octubre de 1936. Los asesinatos de las sacas de Ventas.

Hasta el siglo XX Aravaca fue un caserío a las afueras de Madrid ubicado en la ribera derecha del río Manzanares. La escasa población de Aravaca se dedicaba a la agricultura y la ganadería. Durante la Guerra Civil Española fue frente de guerra y todavía es frecuente encontrar en alguno de sus parajes recuerdos de la contienda.

En esta localidad se encuentra el llamado cementerio de los “Mártires de Aravaca” en el que yacen 800 personas que fueron asesinadas por el bando republicano.


Mañana del 1 de agosto de 1936, don Ramiro de Maeztu, escritor, filósofo y diplomático español, hallábase refugiado en la casa de su amigo Luis Vázquez Dodero en la calle de Velázquez de Madrid. Llegaron a ella los milicianos republicanos para efectuar un registro. Les corría sin duda prisa, tendrían en cartera tantos registros y tantas víctimas. Maeztu no les hizo aguardar un minuto:

-Yo soy Maeztu, ¿venís a matarme? Aquí me tenéis a vuestra disposición, asesinadme pronto.

Ramiro de Maeztu y Whitney (Álava 1874, Aravaca 1936)

Por órdenes de la Dirección General de Seguridad fue trasladado a la Cárcel de Ventas.

Según las declaraciones del ordenanza de la prisión Basilio López Sánchez, a las dos de la madrugada del día 28 de octubre fue sacado por el oficial miliciano Katiutska que le dice que hay traslado de presos a Chinchilla. Cuando Maeztu se despide cariñosamente de Basilio, el miliciano le dice a este último:

-Mucho cuidado, no te pase a ti lo que le va a ocurrir a éste. 

300 infelices fueron extraidos en la saca de presos de Ventas con el mismo pretexto. La mayor parte de los presos fueron encarcelados por ser católicos, afiliados a partidos de derechas o por chivatazos a las checas (instalaciones al margen de la ley utilizadas por los republicanos para detener, interrogar y torturar a sospechosos de simpatizar con el bando nacional).

La suerte de los presos de Madrid, después de la matanza que se produjo el mes de agosto en la Cárcel Modelo de Madrid, en la que un grupo de milicianos anarquistas se hicieron con el control de la prisión, ejecutando indiscriminadamente a numerosos presos políticos y militares, estaba echada, respondiendo a una estrategia de exterminio establecida por la propia Dirección General de Seguridad.

Coincidía en la cárcel de Ventas con Maeztu otro Ramiro, Ramiro Ledesma, fundador de las JONS y colaborador de Ortega y Gasset.

Ramiro Ledesma, fundador de las J.O.N.S.

Cuando se produjo el Alzamiento, Ledesma estaba en Madrid. No quiso buscar ni asilo ni refugio. Lo detuvieron en plena calle. Dio su nombre verdadero. No ocultó ni por un instante sus ideas. También le llamaron para que engrosara el grupo de los que iban a ser fusilados en la saca de Ventas, junto a una zanja, en un camino cualquiera.

-Me podéis matar, porque sois muchos y yo no tengo un arma -dijo-, pero no me mataréis, ¡cobardes!  sino donde yo quiera. Y ha de ser aquí mismo. Mi voluntad puede más que la vuestra.


Ramiro Ledesma Ramos (1905- 1936).

Trataron de obligarle a salir a la fuerza. No pudieron conseguirlo. Supo defenderse  y lograr la última victoria viril que ambicionaba: morir donde él quiso. Nadie sabe donde está su cadáver. No puede tener ni lápida propia, ni guardia jonsista, ni flor ni laurel sobre su tumba.


Lápida de Ramiro Ledesma y otros asesinados en el Cementerio de Aravaca

Ramiro de Maeztu va con sus compañeros a Aravaca. Atados de dos en dos, con alambre, a la altura de los codos, se les coloca ante el pelotón de ejecución. A Maeztu le quedaba tiempo para decir a sus verdugos la frase histórica de un intelectual víctima del mayor genocidio de la Historia de España por motivos ideológicos:

- “Vosotros no sabéis por qué me matáis, pero yo sí sé por lo que muero. ¡Porque vuestros hijos sean mejores que vosotros! 


De entre los cientos de asesinados en Aravaca, muchos fueron sacerdotes, monjas y religiosos. Entre ellos es digna de mencionar la historia del Beato Crescencio García Pobo. De mediana estatura, cara redonda, moreno, joven y de carácter alegre, el Padre Crescencio se mostraba como extrovertido. 


Beato Crescencio García Pobo (1905 - 1936)

El 20 de julio de 1936 fue asaltado por los milicianos republicanos el Reformatorio del Príncipe de Asturias en Carabanchel, donde ejercía su función reeducadora con los jóvenes internos. Ocupado el centro es detenido el Padre Crescencio pero, gracias a la intervención de don Luis San Martín, juez del Tribunal Tutelar de Menores, juntamente con los demás religiosos de la fraternidad reciben sus correspondientes salvoconductos. El Padre Crescencio no huyó, sino que prefirió buscar refugio en Madrid.

Halló acogida en la pensión de doña Pilar Torres, donde se hace pasar por estudiante de medicina. Apresado, por segunda vez, el 2 de agosto cuando marchaba por la calle de la Montera acompañado de fray Pedro Gil Sáez, al hallarle sin documentación alguna, el Beato fue llevado a la Dirección General de Seguridad primero, y a la cárcel de Ventas después.


Numerosos curas fueron arrestados y asesinados por el Frente Popular

En la cárcel de Ventas el Padre Crescencio fue destinado al departamento llamado de intelectuales, donde tiene ocasión de intimar, entre otros, con el escritor Ramiro de Maeztu, así como también con Federico Santander, periodista de ABC, con quién llegó a intimar.

Finalmente, después de varios interrogatorios y malos tratos por los milicianos, pretendiendo que abjurara de su fe y carácter sacerdotal, fue sacado, en unión con otros presos, el día 3 de octubre y asesinado en el cementerio de Aravaca, según la documentación que se conserva sobre el mártir. 

En la Causa General, con fecha 3 de octubre hay una "orden de la checa de Fomento para que fuesen entregados a sus agentes varios presos que inmediatamente fueron asesinados". En la lista aparece el nombre del Beato Crescencio García Pobo



29/10/2016 - V.C.R.
Aravaca, Octubre de 1936. Los asesinatos de las sacas de Ventas.
Enlace a Heraldo Español nº 10.
Fuentes: religion en libertad, martires de paracuellos, plataforma 2003, causa general